Inquietud
No piense el amable lector que el título de estas líneas tiene algo que ver con aquella vieja canción que solíamos entonar en nuestros años mozos; ojalá fuera así pero la realidad es otra. Resulta que en la Procuraduría General de la República (PGR) opinan que las ejecuciones sólo "inquietan" a la sociedad; que los mexicanos nos "acostumbramos" a vivir en la inseguridad; que "esos homicidios no afectan al ciudadano en forma directa"… y no sé cuántas sandeces más.
No nos sorprende en absoluto el "sesudo" análisis de los hoy expertos de la PGR, émulos de todos los que por esa dependencia han pasado a lo largo de muchos años. Por lo que a nosotros, familiares de los desaparecidos políticos toca, guardamos en la memoria las palabras de Pedro Ojeda Paullada, que con su cavernosa voz anunciaba en el programa 24 Horas, sin asomo de pudor, que el Ejército perseguía a César Yáñez Muñoz, a Elisa Irinna Sáenz, a Carlos Vives Chapa y a otros, en la selva Lacandona… ¿Por qué los perseguía el Ejército? ¿Para desaparecerlos? Porque resulta que, decía Ojeda Paullada, "los soldados no se internaron en la selva por razones de seguridad", pero el hecho es que todos aquellos "perseguidos" ilegalmente por el Ejército, están desaparecidos desde l974.
Poco tiempo después, ya en la "era" lopezportillista, aquel escurridizo "procurador de Justicia" que nunca dio la cara, Óscar Flores Sánchez, tuvo la idea, que creyó genial, de hacer un "informe" sobre los desaparecidos, del cual hubo tres versiones: una para los familiares de las víctimas, otra a la prensa y la tercera para la ONU… pero se le descubrió la torpeza, porque su ensoberbecida conducta no pudo soportar que lo criticáramos y envió a la revista Proceso (pensamos que sin darse cuenta) ¡los tres engendros! Sale sobrando escribir acerca del ridículo que hicieron, pero que a nosotros nos sirvió para desenmascarar al sistema.
Pasó el tiempo, corrieron los años y en cada una de las malhadadas procuradurías de cada sexenio priísta, nos topamos con la corrupción de los titulares y de no pocos subalternos. Aquello de procurar justicia se volvió una burla enorme, nos golpeaba el rostro como bofetada su inmoral proceder y pronto acabamos de entender que todos eran cómplices, que todos estaban coluditos, que todos eran responsables de los secuestros, de la tortura y de las desapariciones: el presidente de la República en turno, los procuradores y los titulares de la Secretaría de Gobernación, junto a los "paleros achichincles" de menor rango, que no dudamos, saben mucho… Y por supuesto, que no dejamos fuera al Ejército mexicano y a la Secretaría de Marina, en cuyas instalaciones también fue encerrado clandestinamente buen número de desaparecidos, con la anuencia o bajo las órdenes del comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el presidente de la República.
Y el tiempo siguió su inexorable andar y hete aquí que nos encontramos en la "era" foxiana y su ex procurador, don Rafael Marcial Macedo de la Concha, otro funcionario muy dado a "escurrirse", pues nunca nos recibió, a pesar de las múltiples solicitudes de audiencia, y llegó al colmo de la burla al responder a nuestras denuncias con "citatorios" a 27 desaparecidos… ¡después de más de 20 años de nuestro tenaz reclamo! Ahora el nuevo procurador general de Justicia y uno de sus "asesores", se atreven a opinar de lo que sucede en el país, con un desparpajo que mueve al más iracundo rechazo. Afirman que la violencia y los asesinatos que a diario nos da a conocer la prensa, sólo nos "inquietan"… y con una irresponsabilidad rayana en desvergüenza, dicen que "las personas tienen que aprender a vivir en la inseguridad y aprender a reconocerla". ¡Vaya descaro! Y añaden que "ni la policía ni nadie le puede garantizar a una persona que no va a sufrir un hecho violento…".
¡Ah qué señores estos! Habrá que decirles que desde mucho antes de que nos arrebataran a nuestros familiares sabemos lo que la violencia significa pero que no nos hemos acostumbrado a ella y que no sólo nos inquieta, sino que nos indigna y que por eso luchamos a brazo partido desde hace 30 años para tratar de erradicarla… Y ellos, ¿qué han hecho? ¡Nada! Ni la PGR, ni la traída y llevada CNDH, ni la fiscalía de nombre largo… y en Ciudad Juárez siguen los crímenes y les endilgan a las mujeres muertas el nombre de prostitutas y en todas partes hay "ejecuciones" a las que pomposamente suelen llamar "ajustes de cuentas", palabras con las que se quieren sacudir la responsabilidad de detener a los asesinos… porque, si se trata de "narcos"… y les preguntamos: ¿qué los narcos no tienen derechos humanos y las prostitutas tampoco? Y resulta que ahora están muy preocupados por la violencia y hablan de "el efecto Colombia"… ¡Ah qué señores estos! Como si aquí no hubiéramos tenido los "efectos" Díaz Ordaz y Echeverría y todos los demás, precursores en el continente americano, los que le ganaron la carrera a Pinochet, porque empezaron antes las desapariciones y asesinaban con saña a dirigentes que odiaban, como a Rubén Jaramillo… ¡Ah qué señores estos! Les aseguramos que en las almas de los mexicanos hay muchísimo más que "inquietud".