Comité Eureka

En este espacio se publican los artículos semanales de Rosario Ibarra de Piedra, del Comité Eureka. Se obtienen del diario mexicano El Universal (todos los martes en la Primera Sección). Entre a la página www.eureka.org.mx para conocer la historia del Comité Eureka y los nombres de los desaparecidos por los gobiernos de México.

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Nombre: Comité Eureka
Ubicación: Mexico

viernes, julio 08, 2005

Poder, efímero poder

Todos los bienes se conquistan, disfrutan y engrandecen únicamente por el trabajo y la cultura, por el conocimiento y el amor, nunca por la violencia y la crueldad...
Constancio C. Vigil.



El poder y la soberbia suelen ir siempre de la mano; sobran ejemplos en todos los tiempos de la historia de que el despotismo arraiga en las almas de los que escalan los esplendorosos y tentadores peldaños del poder cuando se aposentan en la cúspide. Desde allí, desde la altura que piensan y sienten eterna, intocable, indestructible, miran al humilde rebaño que los llevó a ese sitial, con profundo desprecio porque entonces ya lo encuentran tumultuoso, terrible y vil...

Están ya en la cima a donde no les llega "el espanto de la conciencia". Entonces producen estupor y desasosiego a raudales entre aquella masa que los creyó buenos, de corazón cálido, de- mente abierta a sus reclamos y de mano pródiga en la justicia...

Pero aquel corazón, aquella mente y la mano que creían salvadora se volvían en su contra, el engaño salía a la luz y la maldad del despotismo se hacía el diario acompañante de aquellas vidas pobres... Y llega el desencanto y echa fuera la esperanza y germinan entonces en aquel torrente de almas el desprecio, la ira (la justa ira) y el odio.

En la historia de la humanidad hemos leído mucho acerca de esas innobles vidas que creyeron propias las ajenas y se solazaron en maltratarlas y hasta en segarlas, y supimos también cómo fue la caída de cada uno de los poderosos, el derrumbe de lo que creían su eterna gloria y el estrépito del tumulto que una vez los alzó con fe infinita pero que con una furia incontenible los hizo caer desde la altura del poder justo cuando sintió despedazada su esperanza.

La historia es buena maestra pero hay quienes no quieren aprender de ella y el poder que llena de embeleso a quienes lo alcanzan a la postre se les torna terror o cuando menos molesta pesadilla, por el mal uso que de él hicieron.

Pobres personajes los que dilapidan el tesoro de haber llegado a la historia, de la que podrían salir por la puerta de honor, al dejar a su paso a su pueblo lo que le pertenece y a su patria lo que la hace grande: la libertad, la justicia, la dignidad.

Pobres seres, ayunos de ideales, marcados por la infamia de la ambición, que han llegado hasta el crimen por conseguir bienes que no les alcanzará la existencia para usufructuar.

Minúsculos, pequeños déspotas que ignoran que "el ejercicio de la tiranía tiene el poder de corromper a un hombre" y que "la corrupción de un hombre tiene el don de envilecer la tiranía". ¡Ellos lo han ejercido todo...!

Pobre patria la nuestra, la "Suave Patria" en la que pensaba el poeta... Pobre suelo en el que se han asentado todos los pequeños déspotas que han robado, que han saqueado su riqueza y que todas las genuflexiones de enceradas vértebras han rendido el homenaje al gobierno belicista de los vecinos del norte y han querido entregarle por míseros "denarios" el establo refulgente que nos escrituró el "niño Dios" y los ricos veneros de petróleo que nos legara el diablo...

¡Bien lo sabía el bardo!, pues lo que da riqueza incita a la ambición y acarrea la codicia y apareja a ellas todo lo que trate de impedir su posesión...

¡Y entre los pequeños déspotas (a despecho de las estaturas físicas) hay quienes aún pugnan por dar todo a los gobiernos y a los ricos extranjeros todo lo que en esta tierra pródiga es de valor inapreciable, todo lo que haría de esta patria un país exuberante de riqueza, que pudiera dar a su pueblo todo lo que merece, porque debería de ser suyo, pero se lo han ido arrebatando, se lo han robado con descaro inaudito.

Cuánto honraría este noble y generoso pueblo de los mexicanos a los que han pasado por el poder presidencial, si con él en la mano hubiesen sido justos; cuánto los amarían y los venerarían si su mano hubiese sido bienhechora y pródiga en justicia; cuánta admiración y respeto recibirían, si hubiesen devuelto a los dueños ancestrales de este suelo "el usufructo de su risa" y si les arrancasen el llanto que por siglos ha surcado sus mejillas, que el olvido y el maltrato, y el menosprecio y el racismo han hecho que brote... a la par que su justa rebeldía...

¿Qué pasaba por las mentes de esos seres que se aferraban al poder sin importarles los medios para hacerlo? ¿Por qué, una vez que llegaban a él, no se preocupaban por las condiciones de vida de sus coterráneos?

¿Por qué, en vez de arrasar la injusticia, sembraban más semillas de maldad? Nefasta proclividad a lo perverso... ¿Por qué no escucharon las voces sencillas de los estudiantes en los movimientos de l968 y l971? ¿No se fijaron que venían del pueblo? ¿Por qué jamás han escuchado el clamor dolorido por los que desaparecieron?

Quienquiera que no olvide los reclamos del pueblo; quien sea el que poder en mano haga justicia, quien no se llene de soberbia, que con humildad nos hable y tras la humildad encontremos verdad, será admirado, querido, venerado... que recuerde que el poder, es sólo eso, efímero poder.

Fue en agosto

Hay muchos impacientes por la hora de la libertad; pero, ¿cuántos trabajan para acercarla?
Práxedis Guerrero.



Con cuánto afán iniciamos los trabajos para aquella acción. Transcurrían los últimos días de junio y con sigilo nos movíamos para que no se descubriera lo que habíamos planeado: una huelga de hambre en agosto, durante los últimos días del mes, en vísperas del Informe del presidente de la República que, en 1978, era José López Portillo.

Las cárceles del país estaban llenas de presos políticos; la persecución a quienes no había logrado encarcelar el gobierno seguía encarnizada; unos pocos habían tenido la suerte del exilio, pero anhelaban volver... y nuestros hijos, esposos, padres, hermanos o compañeros habían sido desaparecidos desde el sexenio de Luis Echeverría; por eso, aquella decisión de la huelga de hambre prendió en nuestras mentes como fuego en pradera seca… Y la huelga se hizo y los presos dejaron las cárceles y la persecución ya no tuvo tanta saña, y la mayoría de los exiliados pudo volver… pero de los desaparecidos, nada, porque nada fue la promesa vacua de Reyes Heroles de que sabríamos de nuestros hijos si nos retirábamos, si poníamos fin a la huelga de hambre y que estaba en ello "empeñada la palabra del señor Presidente"… pobre palabra hueca, vacía, estéril, como la de todos los que después de él y hasta nuestros días han ocupado la silla presidencial y han hecho de ella su estandarte de engaño y de falsía; su pan cotidiano, su "labor" de cada día, mientras a nosotros nos ahogaba la angustia y la pena seguía abriendo su brecha de dolor en nuestras almas.

Y los años fueron pasando y la mentira sigue ondeando como orgullosa bandera, símbolo del gobierno, y la simulación repta siniestra en todos los vericuetos del poder, y la impunidad de los malhechores oficiales aún camina segura porque "los tres poderes" lo han hecho posible, mientras en nuestros pechos cada día se hace más profunda la herida y duele más la ausencia de los que nos arrebataron, pero jamás podrán doblegarnos; nunca doblaremos la cabeza; ni siquiera se atrevan a pensar que creeremos su mentira; que no les cruce en la mente que aceptaremos el insulto de sus "indemnizaciones", no permitiremos tamaño ultraje a nuestra dignidad… ¿Qué diferencia hay nos preguntamos muy seguido entre todos estos gobiernos y aquel por el que se hizo la Revolución de 1910? Y vemos sin sorpresa las similitudes y las "diferencias", que en realidad lo son sólo por los cambios que la época impone, pero que en el fondo mantienen la misma sevicia… ¿Son diferentes las muertes en Acteal a las de aquellos años? ¿Qué tienen que envidiar las "tinajas" de San Juan de Ulúa a los sótanos del Campo Militar Número Uno o a la fortaleza de Perote? Y las "sentencias" a años y años de encarcelamiento; y las "confesiones" bajo terribles torturas y la muerte de Rubén Jaramillo y su familia, y la de tantos jóvenes, artera, brutal, el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971? ¿No fueron aún más alevosas que la de los que morían fusilados tras un juicio engañoso, allá en las postrimerías del Porfiriato?

De aquéllos por lo menos se conocían y se saben hoy sus nombres, como los de Albertos, Bonilla, Kankum, entre miles. José Lugo, que cayó atravesado por las balas de los soldados en un corral, que se negó a que le vendaran los ojos, que se mantuvo firme ante el pelotón de fusilamiento; que siempre fue valiente y murió con honor porque no entregó a uno solo de sus compañeros de lucha. Murió en agosto, sí, fue en agosto, el 3 de agosto de 1908.

El mal gobierno pensó que "el frío de su cadáver apagaría la brasa que chispeaba"… ¡Cómo se equivocó! Aquél, su fuego libertario, siguió ardiendo en las mentes y en los corazones de muchos hombres y mujeres de esta tierra. A veces parece que se extingue, pero el soplo de la voluntad intransigente de algunos lo revive y se alza vigoroso, desparramando su calor hacia todos los rincones de la patria.

No faltan claro miles que esperan "que las condiciones cambien" y que les traigan hasta la puerta de su casa los cambios anhelados… ¿quiénes? Los que nunca han dejado de luchar, los que siempre han exigido el bien para todos, mientras los remolones, los holgazanes de siempre, esperan como buitres y no quieren saber lo que pasó para lograrlo.

Nada les importan las vidas de los que luchan, ni que los torturen, ni que los encarcelen, ni que los desaparezcan. Ni les importa que millones de niños mueran de hambre, ni que las familias enteras de esos niños vivan en la miseria más insultante. Esos no tienen remedio, siempre serán así, pero los millones que sufren y los que sí entienden lo que el sufrimiento significa sí pueden lograr que las condiciones cambien, y a todos ellos nos sumaremos como lo hemos hecho durante tantos años los familiares de los desaparecidos políticos, y ya preparamos un acto para dentro de dos meses, al que desde ahora invitamos… ya les diremos dónde, qué día y a qué hora. Hay que prepararlo bien, como aquel que fue en agosto…